ANTIMICROBIAL
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Al ser uno de los pocos metales que se encuentra directamente en la naturaleza, diversas culturas lo han nombrado como vital para la salud y supervivencia. De hecho, el uso del cobre para combatir infecciones y enfermedades data del antiguo Egipto, donde sin saber científicamente las razones o el porqué de sus propiedades, lo atesoraban como una piedra preciosa capaz de resguardar la vida. Hoy, con la llegada del Covid-19, este metal de color anaranjado ha demostrado ser un gran aliado del ser humano para frenar la propagación de la enfermedad.
Ya en 2008 la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos había reconocido al cobre como el único metal con propiedades antimicrobianas, mientras que estudios realizados recientemente por el New England Journal of Medicine han arrojado que el cobre, a través del proceso de Disposición Iónica es capaz de destruir al SARS COV-2 en sólo 4 horas.
¿Cómo lo hace? Cuando un virus aterriza en una superficie con esta tecnología, los iones de cobre actúan alterando la nucleocápside que envuelve su material genético e inactivan la enzima que permite su replicación.
Una bacteria, por otro lado, reconoce los iones de cobre como un nutriente esencial y comienza a absorberlos, pero rápidamente, la dosis se vuelve letal. En otras palabras, el cobre es capaz de detener su proliferación.